13 septiembre 2012

Capítulo Ocho (II)

— ¿Quieres decir que no te has perdido? —preguntó Álvaro.
— No.
El tono de la respuesta era poco amigable, pero se arriesgó a seguir preguntando.
— ¿Estás segura? Esa rata muerta me suena; o nos está siguiendo o ya hemos pasado antes por aquí.
— Cállate.
Amelia paró tan en seco que chocó con ella y salió rebotado hacia atrás. Por poco no perdió el equilibrio.
— ¡Eh! No es para ponerse así, yo solo mbhfgl... —Antes de acabar la frase Amelia se había girado a una velocidad asombrosa, le había tapado la boca y lo había atrapado contra la pared.
— No hagas ningún ruido —le susurró al oído—, creo que no estamos solos.
Álvaro agudizó el oído, pero solo conseguía oír sus propios latidos, acelerados por la proximidad de Amelia. El olor a menta que ella desprendía le mareaba y le excitaba al mismo tiempo, y ninguna de las dos cosas le convenían en ese momento. Hizo un gesto afirmativo con la cabeza indicando que iba a mantener el silencio, pero ella no retiró la mano ni se apartó de él.
Se le estaba haciendo eterno cuando oyó un chapoteo que procedía de la última intersección por la que habían pasado. Se llevó la mano al arma, pero no le dio tiempo a desenfundar. Justo antes de oírse el primer disparo Amelia lo empujó hacia el suelo al tiempo que se lanzaba contra la pared contraria, desenfundaba y disparaba contra la intersección. Álvaro no pudo hacer más que sacar la cabeza de las aguas residuales, escupir lo que fuera que le hubiera entrado en la boca y contemplar atónito la escena.

12 septiembre 2012

Delirios fanáticos

Han llegado a nuestras manos unos documentos que, a pesar de los intentos del gobierno por ocultarlos, vamos a tener que sacarlos a la luz; nos quema las manos (y a algunos los ojos).
El primer dibujante (de momento creo que prefiere seguir en el anonimato) que se ha atrevido a ilustrar nuestra disparatada historia nos presenta sus primeros bocetos:

  

¿Decepcionado? ¿O ahora sí que sabes lo que es un Astarsi? Puedes opinar y hacernos alguna sugerencia. Puede que hasta la tengamos en cuenta.