30 septiembre 2011

Capítulo Seis (IX)

— ¿Qué pinta él en esto? —Ladeó ligeramente la cabeza en dirección a Álvaro, que seguía cómodamente sentado en el sillón, sin dejar de sonreír.
— Digamos que es un ratón que se ha convertido en serpiente —respondió Gonzalo. Y añadió dirigiéndose a Álvaro—. ¿No es así?
— Digamos que sí.
La mirada de Amelia alternaba entre Gonzalo y Álvaro. Sabía que había algo que no le estaban contando, pero también sabía que debía seguirles el juego, ya que no tenía muchas más opciones, por lo menos en este momento.
— Y según tú, ¿cuál es el trabajo para el que fui creada? ¿Matar Ursakis? Es lo que he estado haciendo la mayor parte de mi vida adulta. ¿Qué ha cambiado? ¿Por qué ahora? Podrías haber dejado que siguiera haciendo "mi trabajo".
— Tengo un trabajo especial para ti. Un trabajo para ambos, de hecho, ya que necesitarás a Álvaro en esto.
— ¿Un trabajo especial?
— Sí, algo que podría hacer que acabara la guerra definitivamente.
Gonzalo se quedó esperando la respuesta de Amelia, pero ya la sabía de antemano. Por algo era el encantador de serpientes.
[¡Álvaro digievoluciona!]

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