17 noviembre 2011

Capítulo Siete (VI)

El rey de los Ursakis observó con detenimiento a cada uno de los allí presentes. A pesar del éxito que había supuesto la destrucción del Consejo, el mayor obstáculo en sus planes hasta el momento, presentía malas noticias.
Algarnaac no pudo resistir su penetrante mirada.
*¿Qué tienes que comunicarme?*, siseó Ometh.
*Señor, me temo que la fecha prevista para el ataque masivo a la población ha de ser retrasada. Ha desaparecido casi la totalidad del componente activador de la mezcla final y va a llevar un tiempo producirla de nuevo.*
*¿Cómo que ha desaparecido? ¿No ordené que se guardara en condiciones de máxima seguridad?*
*Sí, señor. Así lo hicimos. Creemos que fue sustraído por el traidor Álvaro.*
El puño de Ometh golpeó con tremenda fuerza sobre la mesa.
*¡Ese maldito traidor ya debería estar muerto!*
*Con el debido respeto, discrepo, señor*, intervino el Consejero Bron. * Álvaro nos puede ser aún de mucha ayuda para localizar a los Astarsis supervivientes… y a los híbridos.*
Ometh entrecerró los ojos al comprender que Bron estaba en lo cierto. Debían ocuparse con urgencia de ese asunto. Era un asunto que le ponía de muy mal humor.
*¿Se sabe algo nuevo sobre los híbridos?*
*No, señor. Pero estamos en ello. Es posible que la chica nos conduzca a los demás… creemos que Gonzalo ha contactado con ella y que los está reuniendo de nuevo.*
Ometh apretó los dientes al oír ese nombre. Lo odiaba profundamente. Él era el responsable de gran parte de los problemas con los que se enfrentaban, y el causante de que hubiera tenido que prescindir del antiguo Consejero Técnico años atrás. El Consejero había sido incapaz de prever la traición de Gonzalo, quien había diseñado los primeros experimentos. Al principio solo se trataba de crear una raza más dócil, pero en algún momento Gonzalo había decidido seguir su propio camino y utilizar a los individuos resultantes para su propio fin. Durante años Ometh había intentado acabar con él, pero siempre se le había escapado entre los dedos. La chica había sido fácil de controlar, pues era la única de los especímenes marcados que no había sido exterminada. Pero los demás solo podían ser detectados por análisis genético, y eso no era nada fácil. No estaba seguro de hasta qué punto eran peligrosos, pero debían destruirlos a todos… cuanto antes.
*Bron, ocúpate personalmente de Gonzalo*, ordenó a su Consejero de Operaciones. Luego, dirigió una mirada amenazante a su Consejero Técnico. *No quiero más errores, Algarnaac. O tu destino será el mismo que el de tu predecesor. No diré más.*

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