04 abril 2011

Capítulo Dos (I)

El cuerpo rezumaba un líquido espeso, brillante, de cierto color amarillento.
Amelia se puso los guantes de goma mientras sus ojos realizaban la primera inspección del cadáver.
— Hombre joven, de unos veinte años —comenzó Amelia a constatar con su grabadora—. Caucásico, unos cuarenta kilos de peso. Presenta una grave desnutrición. Parece recubierto de un líquido amarillento. Las muestras se han enviado a analizar. Comienzo el examen.
Le abrió un párpado. Sus ojos estaban completamente negros. Carecían de iris.
— El iris ha desaparecido de sus ojos.
La mujer cogió unas pinzas y extrajo una pequeña astilla de uno de los ojos del cadáver.
— Encontrada astilla de escasos milímetros en el lagrimal derecho.

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